El surgimiento del consumidor informado ha generado una tendencia hacia buenas prácticas de negocio
y una mayor transparencia en cuanto a los alimentos y bebidas que consumen.
Esto ha originado la aparición de nueva legislación enfocada a proteger zonas de interés social y a
informar al consumidor final sobre características que los productos presentan y los beneficios o
posibles problemas que ofrecen a la salud personal.
Lo anterior ha propiciado la aparición de hábitos entre los consumidores, hábitos que son reforzados
por las marcas que intentan mantenerlos en la medida de lo posible. Pero más que mantenerlos, una marca
debe enfocarse a crearlos. Tal es el caso de Coca-Cola Zero Azúcar, que se vió en la necesidad de
mejorar su producto debido al creciente rechazo social por las condiciones de salud que este tipo de
bebidas generan en la población.