El objetivo principal de un Plan de Mercadotecnia Política se enfocará a la campaña electoral a realizar
para tratar de ganar, a través de la misma, las preferencias del electorado. En otras palabras, lo que se
pretende es realizar una campaña cuya comunicación sea persuasiva.
Como nuestra meta es obtener la confianza del electorado, procedemos a determinar las estrategias y programas
que se desarrollarán para llegar a ellos (público objetivo), durante el tiempo electoral (tiempo y lugar), y
con el mensaje adecuado (oferta.)
Los partidos políticos, entonces, deben pensar más en las necesidades reales de la población para establecer
sus objetivos reales e imparciales, con la finalidad de definir, posteriormente, las estrategias y programas
a emplear, que serán nuestra mejor arma contra los adversarios políticos.
En la actualidad, el gran problema de los partidos políticos es que aún se empeñan en usar su programa
(propuesta política) para impactar positiva o negativamente al electorado.
Este es un punto débil ya que su programa nunca es presentado a profundidad, no explica el cómo (estrategias)
se obtendrán las metas expuestas dentro del mismo, ni los medios (programas y/o actividades) a través de los
cuales se lograrán tales metas establecidas.
Aspectos como el conocimiento y segmentación del electorado son actividades de mercadotecnia que no son
aprovechas por los partidos y es algo que, si lo emplearan en forma correcta, les ofrecería puntos de ventaja
muy significativos sobre los adversarios políticos.
Entonces, es fácil comprender que dentro del Plan de Mercadotecnia Político, se deberán considerar tendencias,
técnicas y métodos actuales, tales como el CRM, pero orientados de tal forma que permitan ser aprovechados en
la actividad política.
Entonces, para tener una mejor visión de hacia dónde vamos (objetivo) y qué se requiere (programas y recursos)
para llegar a ese lugar, el Plan de Mercadotecnia Política, en su etapa de la Estrategia General, se centrará
a definir: