Una vez hecho el inventario de oportunidades y problemas, y en base a los recursos disponibles,
se deben cuantificar los objetivos perseguidos por la empresa. No se debe confundir nunca lo que
significa previsión frente a objetivo.
La previsión indica lo que se llegaría a vender suponiendo que todos los factores, tanto internos
como externos, permanezcan constantes. En cambio, el objetivo expresa numéricamente la cifra de
negocio que la empresa quiere alcanzar.
Características de los objetivos
Para el establecimiento de objetivos se tendrán en cuenta las siguientes características que deben
cumplir. Los objetivos deben ser:
Realistas, y por esa razón se basan en el análisis de la
situación que se fundamente en la recolección objetiva de datos.
Optimistas y, en este sentido, no son proyecciones, pero
sí se deben basar en ellas, de lo contrario observaríamos
realidades atípicas.
Coherentes, en primer lugar entre sí y, además, con los fines que
la empresa persigue a largo plazo. La elección de los objetivos
de venta supone crear una metodología propia para llegar a
cuantificarlos.
Si los objetivos los construimos sobre bases erróneas, el Plan de Marketing se verá afectado
negativamente.
En definitiva, lo que hace el Plan de Marketing es crear la metodología y la racionalidad de la
administración, con vistas a la consecución de unos fines u objetivos que han sido estudiados y
establecidos por la dirección de la empresa.
Aquí, entonces, la empresa fijará sus horizontes de crecimiento y, como se mencionó anteriormente,
a estos fines se llega mediante una metodología específica.